Los ganadores del premio Nobel de literatura Herta Müller y Mario Vargas Llosa exhibieron sus diferencias en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México.
El lenguaje corporal ya muestra la distancia. Aquí Mario Vargas Llosa, un profesional de los medios, en traje azul marino, con sus dedos entrelazados, responde a cada pregunta de manera rutinaria y con encanto.

Allá Herta Müller, la insegura, vestida de negro, pálida con los labios rot3new carmesí. Nerviosa, se ponía y se quitaba los audífonos y cada pregunta le retumba como una amenaza y desde lo más profundo de sus sufrimientos y sus recuerdos, desentierra cada respuesta.
"Dos Premios Nobel, una conversación"
Así se llamó el acto con el que arrancó la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Para esos noventa minutos con aproximadamente dos mil espectadores hubiera quedado mejor el título: "Dos Premios Nobel, un malentendido" El moderador fue el periodista español Juan Cruz.
Dos de los autores contemporáneos más representativos, demostraron que la genialidad literaria no significa coincidencia en las ideas sobre la literatura.
"No somos el mismo tipo de personas" dijo Herta Müller en algún momento del diálogo.
Para Müller, que creció en un pueblo rumano, la literatura fue un medio para superar una crisis personal "Quería saber de los libros cómo vivir", dijo al referirse a su juventud. Los libros fueron para ella la respuesta a las preguntas de la vida, que muchas veces no podía soportar.

Leer y escribir en tiempos de crisis
En los años de Ceausescu se atormentaba a sí misma con preguntas como "¿Debo leer libros mientras mis amigos están en la cárcel, mientras otros se mueren de frío o de hambre? Algunas veces pensó que habría que convocar a una revolución.
Sobre ese punto, el peruano que ganó el Nobel en el año 2010 no dijo nada; su comentario al respecto lo envolvió en una pequeña historia entorno al renombrado filósofo Jean-Paul Sartre y que aún le enoja, afirmó Vargas Llosa.
En los años sesentas, en una entrevista que le hizo el diario Le Monde, Sartre expresó su entendimiento por los autores africanos que dejaron la literatura y se lanzaron a la lucha política. "Lo considero un error garrafal" sentenció Vargas Llosa. "Entonces rompí con Sartre" agregó.
En contraste para la premiada en 2009, para Varga Llosa, la poesía es un medio de transformación, pero sobre todo es un arte, que debe ser independiente y estar por encima de la lucha política y de las urgencias sociales.
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Texto: Klaus Ehringfeld
Traducción: Marta Durán de Huerta