Una madre alemana trabaja en Veracruz para apoyar a la sociedad.
Denise Resch, es madre de un niño autista de seis años.

En el 2003 llegó a México procedente de Nordrhein-Westfalen, Alemania para aprender español y realizar un viaje transamericano hasta Chile. Se enamoró de un veracruzano y se quedó en México.
Conversamos con ella sobre el autismo, así como acerca de su trabajo en la fundación de la organización Ver Autismo A.C., ya que en Veracruz no existía un lugar adecuado para atender a su hijo.
¿Cómo y cuándo detectaste que tu hijo era autista?
Hendrik tenía un año y notamos que jugaba de forma distinta, pero como los niños son diferentes entre sí, no nos preocupamos hasta que cumplió 20 meses y todavía no empezaba a hablar.
El pediatra no hacía mucho caso pero después de insistirle nos mandó con una neuro-pediatra que le hizo varios exámenes y alrededor de los 2 años diagnosticó “trastorno globalizado de desarrollo con rasgos de autismo o Asperger”.
La clasificación aparece alrededor de 1930, en reportes de Leo Kanner y Hans Asperger pero sigue modificándose.
El autismo es un trastorno de desarrollo que afecta a más niños que niñas.
Actualmente sigue sin conocerse la causa exacta, pero se sabe que afecta las áreas de la comunicación, la conducta y la socialización.
Se dice que es el enigma de nuestra era, esperamos pronto conocer la causa.
Pocos doctores se atreven o saben diagnosticar el autismo a temprana edad, lamentablemente ¡muchos pediatras desconocen las señales de alerta!

Las alertas son: no establecen contacto visual, no tienen gestos como abrazar o señalar objetos, parecen sordos, no juegan con otros niños ni usan los juguetes de manera convencional, no desarrollan lenguaje o lo pierden cuando son pequeños.
Poseen una mayor sensibilidad sensorial (no soportan ciertos olores, sonidos, texturas) o son muy resistentes al dolor.
¿De qué manera ha cambiado tu vida?
Una vez que lo sabes, es todo un mundo el que debes de comprender, hay que vivir un duelo: la negación (mi hijo no tiene autismo), el enojo (hacia el doctor y los otros), la depresión (puede presentarse de muchas maneras) y finalmente la aceptación.
Lo más importante es encontrar especialistas que te guíen y te apoyen.
Además hay que aprender a entender las necesidades de tu hijo, cómo entrar a su mundo y darle las herramientas necesarias para comunicarse y relacionarse. Es un largo y pesado proceso para los padres.
Es un mundo diferente, pero tengo un bonito propósito: ayudar a los que a veces no tienen voz, a los que necesitan más apoyo, a los que subestimamos por la forma como se comportan y comunican. ¡Es muy satisfactorio!
¿Qué expectativas tienes para tu hijo?
Este tema es difícil: por un lado no quieres aspirar demasiado alto, hay que ir poco a poco; por otro lado, me gustaría que cursara la escuela como cualquier otro niño, que aprendiera un oficio o profesión y tuviera una vida feliz con amigos que lo estimen así como es. Veremos que nos trae el tiempo.
¿Qué llamado harías a la población para apoyar e integrar a las personas con autismo?
Antes que nada, que se vale integrar a una persona especial en cualquier entorno porque ¡son parte de la sociedad!
Defenderlos cuando se les hace una injusticia, no quedarse mirando sino acercarse y apoyar a la familia.
Muchas veces los amigos se alejan porque no saben cómo conducirse. Se siente el rechazo y esto no ayuda a los papás ni al niño.
No conozco a ninguna mamá de un niño especial a quien alguien le haya ofrecido cuidarle voluntariamente al niño una noche para que pueda salir un poco.
¡No tengan miedo!
Lee la segunda parte: Autismo: madre alemana impulsa fundación en México (Parte 2)
Texto: Anja Corona Bí¤hre